Lectura / Televisión: los libros son mejores para el cerebro que ver la tele

¿Prefieres ver la tele o leer un libro? Casi todo el mundo elegiría probablemente la primera opción como entretenimiento. Sin embargo, el exceso de ver tu serie favorita puede no ser tan saludable para el cerebro. ¿Lectura / Televisión? La investigación documentada está del lado de la lectura, ya que estimula la neuroplasticidad cerebral, mejora las habilidades cognitivas e incluso fortalece la función cardíaca que estimula el flujo sanguíneo al cerebro.

Lectura / Televisión: Neuroplasticidad cerebral

El cerebro humano tiene más de 80 mil millones de neuronas. Esas neuronas tienen dendritas, que son como ramas que producen sinapsis, esto es, conexiones con otras neuronas. De ese modo, el cerebro es capaz de comunicar señales al cuerpo.

El área del cerebro dedicada a la lectura es la corteza cerebral. A medida que aprendemos nuevas habilidades como la lectura, la conexión entre las neuronas se hace más fuerte y esto es especialmente cierto para los niños. La investigación en imágenes cerebrales muestra que la exposición a la lectura y la fonética estimulan el crecimiento de la plasticidad cerebral y la reorganización de las redes neuronales vitales en el cerebro.

Lectura / Televisión: Procesamiento Sensorial

Las habilidades sensoriales son habilidades que involucran la recepción de información. Por ejemplo, la visión, el oído, el tacto, el olfato, el gusto y la propiocepción son habilidades de procesamiento sensorial. Tanto ver televisión como leer, son experiencias sensoriales, pero difieren mucho una de otra. La lectura no sobrecarga el procesamiento visual como los colores parpadeantes de una pantalla de televisión. Junto con el fortalecimiento de la conexión cerebral, la lectura es importante para la corteza somatosensorial, que es la responsable de responder a información sensorial como el movimiento y el dolor. Los lectores piensan en los eventos representados en los libros. Así, leer un libro que habla de andar en una bicicleta activa el mismo área del cerebro que montar la bicicleta físicamente. Los libros ofrecen una multitud de experiencias que hacen que el lector contemple profundamente y conecte una historia.

Lectura / Televisión: Comunicación Verbal

Hay muchas formas de comunicación: verbal, escrita, auditiva, visual y no verbal (p.e. gestos, señas, contacto visual, etc.). La investigación correlaciona las puntuaciones más bajas de las pruebas verbales con el aumento de las horas pasadas viendo la televisión. Los lóbulos frontales de los individuos que ven la televisión son más gruesos, lo que se asocia con el razonamiento verbal inferior.

Esto se debe a que la lectura proporciona todos los aspectos de la comunicación que no están incluidos en los libros. A través de las palabras, los lectores están expuestos al diálogo verbal, la escritura, la interpretación de gestos de carácter y más. La televisión no describe tantos detalles. La lectura profundiza en lo que piensan, lo que sienten y cómo reaccionan los personajes. Los lectores deben concentrarse para pensar en los temas del libro y hacer deducciones sobre el material.

Lectura / Televisión: Vocabulario y lenguaje

Aunque la televisión está hecha principalmente de diálogo, la lectura desarrolla más vocabulario. Las palabras escritas en los libros son, por término medio, dos veces más complejas que las palabras habladas a través de personajes de televisión. La lectura obliga a una persona a mirar palabras desconocidas e interpretar su significado a través de pistas en el contexto. El aumento del vocabulario no sólo es útil para la escritura, sino para la expresión en la conversación cotidiana. Los libros proporcionan también exposición repetida a palabras conocidas, lo que pone a prueba el conocimiento y la comprensión.

Incluso escuchar un libro a través de audio o leer en voz alta tiene mejores resultados en el vocabulario que ver la televisión. Sin embargo, los expertos han encontrado que el efecto que la televisión tiene en el vocabulario es neutro. Mientras que el tiempo dedicado a la lectura no se sacrifique para ver televisión, ésta no reduce el vocabulario.

Lectura / Televisión: Período de atención

Ya sea una serie o una película larga, la televisión condensa una historia. Las escenas están cambiando rápidamente con cambios en los ángulos de la cámara. La trama se puede romper para pausas publicitarias. La mayoría de las personas están ocupadas con otras tareas al mismo tiempo, como hacer cocinar, planchar, navegar por el ordenador, enviar mensajes de texto, etc. El acto de ver la televisión por tanto no implica niveles iguales de pensamiento en comparación con la lectura.

La lectura requiere atención constante. Al leer, los lectores a menudo están absortos en la historia y no son capaces de completar otras tareas al mismo tiempo. Pueden procesar el material a su propio ritmo en lugar de intentar mantenerse al día con escenas de televisión que cambian rápidamente.

Lectura / Televisión: Inteligencia Emocional

El término inteligencia emocional describe la conciencia y la capacidad de controlar las emociones. Psicólogos expertos de la Universidad de York y la Universidad Emory encontraron que la ficción literaria está relacionada con una mayor capacidad de empatía, ya que los lectores se imaginan que sucedería si se encontraran en el lugar del personaje.

Durante el proceso de lectura, estamos descubriendo las emociones de varios personajes y prediciendo sus acciones en respuesta a esas emociones. Esto se traduce en interacciones en la vida cotidiana. Los lectores son más propensos a entender las acciones e intenciones de los demás porque están entrenados para hacerlo desde la perspectiva del personaje. Los lectores observan las interacciones entre los personajes y los comparan con sus vidas. Este es un aspecto clave de las relaciones funcionales.

 

Imágenes

¿Puedes recordar una película o serie de televisión que es mejor que el libro en el que se basa? Probablemente no. Esto se debe a las imágenes. La lectura es muy superior a la televisión en lo que respecta a las imágenes. La televisión proporciona imágenes visuales y auditivas completas. Queda poco para la imaginación de los espectadores. Leer, sin embargo, está a discreción del individuo. No hay dos interpretaciones idénticas. La visión de un lector puede ser completamente diferente de lo que otro percibe.

Memoria

La memoria, compuesta de memoria a corto plazo, largo plazo y de trabajo, es el proceso cognitivo en el que el cerebro confía para almacenar y recuperar información. La mente es un músculo y funciona mucho mejor con la práctica. La lectura es un ejercicio para la memoria. Presenta información que los lectores pueden revisar tantas veces como sea necesario para formar sus conclusiones, recordar palabras y sus significados y procesar letras. Conduce a una memoria mejorada para situaciones fuera del lenguaje escrito, como la memoria de trabajo involucrada en memorizar un número de teléfono para llamar a un amigo.

Las habilidades cognitivas como la memoria se deterioran con la edad. La lectura es conocida por prevenir el deterioro cognitivo asociado con la edad, así como el asociado con el desarrollo de la demencia. Los estudios muestran que los lectores ávidos tienen niveles más bajos de beta-amiloide, una proteína deficiente en los pacientes de Alzheimer.

Comportamiento

La evidencia de que ver televisión en exceso impacta en el comportamiento es obvia a través de estudios con niños. Los niños y adolescentes son impresionables. Aprenden modelando a los de su entorno. Esto incluye la televisión y los medios de comunicación a los que están expuestos como la presencia de comportamientos de riesgo (es decir, violencia, situaciones sexuales, etc.) representados en sus series de televisión favoritas. Los estudios demuestran que el comportamiento violento persiste hasta la edad adulta.

De manera similar, la lectura también tiene un efecto en el comportamiento. Los lectores adoptan las experiencias de los personajes. Por ejemplo, ¡un estudio que incluyó a 82 estudiantes universitarios leyendo historias sobre las elecciones presidenciales de 2008 tuvo resultados sorprendentes! Los estudiantes que leían historias en primera persona tenían el doble de probabilidades de votar simplemente porque la lectura influía en su comportamiento.

Reducción del estrés

El ajetreo y el bullicio de la vida es estresante. Hacer malabares con el trabajo, la escuela, la salud y las relaciones pueden ser abrumadores. Cuando tu cerebro está a cien por hora, la lectura disminuye el estrés en un 68 %. El acto de leer es una distracción de los eventos estresantes, que nos permite vivir en el mundo de los personajes. Es realmente un escape de la realidad. El cerebro redirige la energía a concentrarse en la historia en lugar de alimentar los efectos adversos del estrés en el cuerpo.

Mejora de la función cardíaca

Incluso sólo 6 minutos de lectura tiene beneficios asombrosos para el funcionamiento físico. A medida que el cuerpo se relaja, los músculos no están tan tensos. Además de la relajación, la lectura disminuye la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La función cardíaca está conectada al cerebro. La mala salud del corazón se observa asociada con frecuencia con niveles más altos de colesterol, lo que causa lesiones en la materia blanca del cerebro. Sin embargo, la lectura mejora el flujo sanguíneo y la circulación al cerebro.

¿El género altera los beneficios?

Al igual que ver una serie de televisión educativa tiene un efecto opuesto en el cerebro diferente a ver un drama, los diferentes géneros de libros cambian el efecto que la lectura tiene en el cerebro. Una amplia variedad de géneros es óptima, ya que amplía las experiencias en las que los lectores se sumergen y eso fortalece las neuronas del cerebro. Por ejemplo, las biografías tienden a evocar efectos sobre las emociones, mientras que la ficción literaria clásica se centra en el vocabulario y los thrillers son una distracción emocionante para cambiar de perspectiva y reducir el estrés. Para recibir todos los beneficios de la lectura, ¡elije libros que más disfrutes!

 

Referencias:

Ennemoser, M. & Schneider, W. (2007). Relations of television viewing and reading: Findings from a 4-year longitudinal study. Journal of Educational Psychology, 99(2):349-368. DOI: 10.1037/0022-0663.99.2.349

Goldman, C. (2012). This is your brain on Jane Austen, and Stanford researchers are taking notes. Retrieved from https://news.stanford.edu/news/2012/september/austen-reading-fmri-090712.html

Fuente: Artículo original publicado en inglés en Cognifit. Foto: Pexels

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