Logopedia y trastornos de comunicación con Tamara, del centro Phonos

Hablamos con Tamara, logopeda en el centro PHONOS. Este en un centro con más de 30 años de experiencia en el que encontrarás logopedas y psicopedagogos en euskera y castellano que atienden a niños, jóvenes y adultos.
Dada su experiencia nos hemos animado a hacerles algunas de vuestras preguntas. Y si quieres puedes contactar directamente con ellos aquí.


 

 

Hola Tamara, para aquellos que se lo están preguntando. ¿Qué es la logopedia?

Todavía hay gente que lo confunde con podología. Otras personas creen que saben lo que es, pero lo asocian exclusivamente a la enseñanza correcta de los fonemas, habitualmente de la /r/, que es el sonido más corregido por ser el más complejo.

Sin embargo, la logopedia es mucho más amplia que todo eso. Es la disciplina que se encarga de la prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación humana manifestados a través de la patología y alteraciones en la voz, habla y lenguaje (oral, escrito y gestual), la audición y las funciones orales.

¡Qué interesante! Es cierto que habitualmente se relaciona exclusivamente con el habla y no con el lenguaje en toda su extensión. Entonces, ¿a qué edad podemos acudir al logopeda?

Muchos asocian la logopedia únicamente con los niños y el comienzo del habla, pero se puede acudir también en la edad adulta. En adultos se intervienen alteraciones de otro tipo: afasias, demencias, disfagias, …

 

¿Cuáles son los trastornos que tratáis con más frecuencia los logopedas infantiles, y en qué ámbitos soléis trabajar?

En la población infantil se interviene principalmente en niños con retrasos y trastornos del lenguaje, trastornos del habla (problemas de articulación y fonológicos) y trastornos de comunicación en niños con TEA (trastorno del espectro autista). Últimamente estamos detectando muchos niños “hablantes tardíos” y trabajamos mucho la estimulación en entornos naturales con las familias.

 

¿A qué achacáis este retraso en el habla?

Lo primero y más importante es aclarar la diferencia entre retraso de habla y retraso de lenguaje. Cuando hablamos de retrasos de habla hacemos referencia a problemas con los sonidos del lenguaje. Estas dificultades pueden deberse a múltiples factores: problemas orgánicos como, por ejemplo, tener un frenillo lingual muy corto; problemas auditivos por presentar otitis serosas de repetición y otros como factores genéticos de base.

Si hablamos de retrasos de lenguaje, incluimos todas las dimensiones del lenguaje: los sonidos, el vocabulario, la gramática y en estos casos hay mucho factor genético y hereditario.

 

¿Cuándo debemos dar importancia a una tartamudez leve y no pensar que es parte del desarrollo del niño?

En los primeros años hablamos de disfluencias. El 5% de los niños tienen disfluencias entre los 2 y 5 años, y existe una posibilidad de remisión del 80%. Sin embargo, siempre es interesante realizar una consulta porque las intervenciones tempranas aumentan mucho el éxito de los tratamientos.
A veces se interviene solo con asesoramiento a la familia, a la escuela y con intervención indirecta con el niño. Pero en ningún caso recomendamos dejar pasar el tiempo.

 

¿Es normal que cuando tienen diferentes idiomas en casa y en el colegio les cueste más comenzar a hablar?

Un niño con un desarrollo normotípico del lenguaje no va a tener ningún problema para comenzar a hablar, aunque esté inmerso en un bilingüismo. La dificultad puede venir cuando el niño parte con un problema de lenguaje de base y se encuentra inmerso en el bilingüismo o trilingüismo. Pero, como siempre, depende de muchos factores por lo que habría que analizar cada caso.

 

¿En qué momento debemos considerar que estamos ante un retraso en el lenguaje?

A los 2 años cuando los niños dicen menos de 50 palabras ya estamos hablando de “hablantes tardíos” y a partir de ahí ya conviene hacer un seguimiento.
Si a los 3 años el niño no hace frases también es motivo de consulta, a los 4 tienen que aparecer ya oraciones subordinadas y a los 5 años tiene que ser capaz de narrar pequeñas historias.

 

 

¿Y en el caso de una incorrecta vocalización y pronunciación? ¿Cuándo debemos corregirlo?

Si un niño a los 3 años tiene un habla que solo entienden sus padres es motivo de consulta. No conviene esperar. A la edad de 4 años un niño debe tener adquiridos todos los fonemas excepto la /r/ que se consigue a los 5 años. Si esto no es así se recomienda que acudan al logopeda.

 

Esto puede afectar en las relaciones con otros niños por su complicación añadida a la hora de comunicarse con los demás. ¿Cómo debemos actuar?

Claro que sí. El hecho de que un niño hable de una manera que no le entiendan puede fragilizar su autoestima por la dificultad de relación que le supone. Incluso hemos llegado a ver situaciones extremas de mutismo, en las que el niño deja de hablar ya que su forma de hablar le hace sentirse poco competente y deriva en una ausencia de comunicación. No olvidemos que somos seres sociales y la comunicación es fundamental en el desarrollo personal de un niño. De ahí que sea motivo de intervención con especialista.

 

¿Un retraso en el habla puede conllevar un retraso en la lectoescritura?

Con los niños que han tenido un problema fonológico importante hay que estar muy atentos porque pueden después tener dificultades en el acceso a la lectoescritura. Hablamos de problemas fonológicos cuando los niños saben decir bien todos los sonidos en aislado, pero dentro de las palabras los alteran. Estos son sobre todo los niños de riesgo de cara al acceso lector.

 

Y, ¿en el caso de la dislexia? ¿cómo se detecta ? ¿existen signos que puedan hacer sospechar a los padres que su hijo o hija podría tener este problema antes de que empiece a ir al colegio?

A día de hoy ya tenemos protocolos de detección de riesgo de dislexia para niños desde Educación infantil. Ahora bien, no todos los niños que presentan algún indicador de riesgo desencadenarán necesariamente una dislexia, pues cada niño tiene su ritmo de crecimiento y madurativo propio. En el caso de un «futuro» disléxico, solemos encontrarnos con niños con un perfil disarmónico, esto es, con áreas de la comunicación adecuadas a su edad y a la vez con otras en claro retraso.

Las dificultades más evidentes se observan a partir de tercero de Educación Infantil, cuando comienzan con el conocimiento de las letras. Nos fijamos entonces en niños con mayores habilidades manuales que lingüísticas o bien en aquellos con dificultades lingüísticas en general como por ejemplo:

  • separar y unir sonidos
  • asociar un sonido a una letra
  • integrar conceptos temporales (hoy, mañana, después ahora, luego, primero, segundo,…)
  • conceptos espaciales, conceptos de cantidad, dificultades en la memoria, atención, alternancia de días buenos y malos, rechazo a las tareas escolares,…

Existe una gran evidencia de que hay factores genéticos heredados por lo que es importante preguntar a la familia.

 

Los disléxicos presentan dificultades con la lectura, la escritura, y la comprensión lectora. ¿Necesitan un tipo de escolarización diferente para poder adquirir los mismos conocimientos que las personas sin este problema?

Los disléxicos no necesitan una escolarización diferente, pero si es fundamental un apoyo. Son parte de los alumnos con NEAE*, es decir, con necesidades específicas de apoyo educativo. Con la ayuda adecuada, podrán adquirir los contenidos al mismo ritmo que sus compañeros y también demostrarlos en las pruebas de evaluación.

Por eso intentamos concienciar al profesorado para que lleven a cabo algunos cambios muy concretos, como las adaptaciones metodológicas. Nos referimos por ejemplo a proporcionarles en clase junto a los textos base, contenidos visuales y auditivos. En los exámenes, es muy conveniente usar formatos con menor contenido lingüístico, como respuestas de definición o tipo test en lugar de pedir largos desarrollos. Además, es importante asegurarse de que han entendido las preguntas y ejercicios y si es posible proporcionarles algo más de tiempo para su ejecución.

 

¿Qué comentario, mensaje o cuestión te gustaría abordar o compartir con las familias que nos leen?

El mensaje más importante que podemos enviarles es que la intervención precoz es el mejor pronóstico en un caso de dificultades logopédicas. No es recomendable dejarse influenciar por lo que opinen familiares, amigos u otros padres, sino siempre asesorarse con profesionales expertos.

Muchísimas gracias Tamara, ha sido un placer.


*Apunte DEF: Alumnos con NEAE

NEE y NEAE son dos deficiones incluidas en las leyes educativas españolas. Son conceptos que provienen de la LOGSE (1996), LOE (2006) y que han sido modificados en parte por la LOMCE (2013).

Alumnado con Necesidades especiales de apoyo educativo (ACNEAE o NEAE): Alumnado que requiere una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales. Pueden tener dificultades específicas de aprendizaje como la dislexia o TDAH o pueden ser alumnos altas capacidades intelectuales. También son NEAE alumnos con problemas por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por sus condiciones personales o su historia escolar.

Alumnado con Necesidades educativas especiales (ACNEE o NEE). Alumnos que requieren, en un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones educativas específicas derivadas de discapacidad o trastornos graves de la conducta.

¿Qué relación tienen ambos conceptos? Pues que las NEE se incluyen y forman parte de las NEAE, es decir, todas las NEE son también NEAE, pero no todas las NEAE son NEE.

El sistema educativo español apuesta por una educación inclusiva, intentando eliminar barreras, limitaciones y diferencias de oportunidades que pueden existir en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello prevé que se establezcan en los centros escolares apoyos, recursos y atenciones, en función de las necesidades y demandas de los estudiantes.

Es un error común pensar que son otro tipo más de alumnos y que en el fondo, todos los alumnos han de esforzarse para aprender. Su diversidad les añade una dificultad extra pero no es que no tengan capacidad ni puedan aprender tanto o más que los demás.

Por eso, a lo largo de las diversas etapas de escolarización, tanto los alumnos con NEE como los alumnos que presentan NEAE deberían recibir en función de su necesidad:

  • Apoyo y refuerzo educativo.
  • Atención específica y personalizada.
  • Medidas y recursos ordinarios y extraordinarios.

El problema es que, aunque la ley recoge claramente la necesidad de apoyo para los NEAE, no proporciona medios ni ayudas. Son medidas extraordinarias y queda en manos de cada centro y sus recursos «extra» la forma de hacerlo.

Además, es importante recordar que la gran mayoría de alumnos con NEAE no están identificados, detectados o diagnosticados y por tanto sus dificultades no son atendidas como debieran.

 

Fuentes: Unsplash (foto), incansable aspersor, eres mamá

DÉJANOS TU COMENTARIO

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La empresa trata tus datos para facilitar la publicación y gestión de comentarios. Puedes ejercer tus derechos de acceso, rectificación, supresión y oposición, entre otros, según nuestra Política de privacidad.