El Elemento, el libro esencial de Ken Robinson

el elemento de Ken Robinson

En esta web hablamos mucho del crecimiento personal y la educación de nuestros hijos, ahí es nada. Y una de las mejores de hacerlo es, explicando lo que Ken Robinson llama «el Elemento», un concepto que plasmó en su libro y que es algo que todos tenemos que tener en cuenta. Los adultos debemos reflexionar sobre nuestra trayectoria y debemos además ayudar a los niños y adolescentes a buscar y encontrar su elemento.

¿A qué llama Ken Robinson «el Elemento»?

Cuando nos apasiona lo que hacemos y tenemos la preparación adecuada para hacerlo bien, estamos en nuestro Elemento, un estado maravilloso en el que trabajamos sin cansancio y con gran creatividad. Cuando estás en tu Elemento, tienes más ideas, te sientes muy contento, el tiempo pasa volando y estás lleno de energía. Todos tenemos una actividad que nos hace sentir así y es importante que sepamos cuál es, aunque no sea en lo que trabajamos o a lo que le dedicamos más tiempo al día.
Para Ken Robinson el Elemento tiene dos características principales: capacidad y vocación y hay dos condiciones para estar en él: actitud y oportunidad. Encontrar tu Elemento significa además encontrar más gente que comparte tu misma pasión. Con ese grupo o tribu, de verdad puedes hablar de lo que más te gusta y eso te da fuerza y te inspira.

 

¿Cómo encontrar el Elemento?

La creatividad no es un regalo innato que se tiene o no y ya está. Las ideas no vienen solas porque si y solamente le pasa esto a gente especial. Ser creativo es un proceso que se debe aprender y que podemos desarrollar todos.

Podemos tener ayuda la ayuda de un mentor, una persona afín que actúa como inspiradora y que nos guía. Ken Robinson es el mentor inspirador origen de este blog, aunque no nos conozcamos personalmente. 😉

Por otro lado, no todo el mundo trabaja en lo que le apasiona, aunque le guste mucho su trabajo. Muchas personas, hombres y mujeres, alcanzan su Elemento como una afición, como “amateurs”. Así consiguen el equilibrio esencial entre el bienestar y su realización personal.

Una persona puede ser arquitecto porque es su Elemento y su pasión y además trabajar en ello.
Otra persona puede no ser arquitecto y éste ser su Elemento y sin embargo trabajar haciendo otra cosa. Su pasión es la arquitectura y le hace feliz diseñar, aunque trabaja editando libros.
Otra persona puede ser arquitecta y trabajar haciendo casas y la vez ser una gran fotógrafa. No es arquitecta o fotógrafa, es ambas cosas a la vez. Su profesión es la de arquitecta y ese es el trabajo que le da dinero, pero ella siente las dos vocaciones con mucha fuerza y las dos le hacen feliz.

El miedo al fracaso es el principal obstáculo para encontrar el Elemento. No se trata de lo que te pasa, se trata de lo que haces con lo que te pasa, de identificar las oportunidades. A menudo la búsqueda del Elemento puede parecer algo inseguro, arriesgado o simplemente incomprendido por la gente a nuestro alrededor. Hace falta confianza en uno mismo para superar los obstáculos.

Los niños, su Elemento y la escuela

Cada niño está lleno de talentos. Los niños pueden imaginar, soñar, bailar, dibujar, inventar etc. A lo mejor no llegan a ser tan geniales como Mozart o Einstein, pero es mucho más importante para sus padres que sean felices en su vida con lo que hacen.

La escuela hasta ahora en general no busca encontrar los talentos de cada niño, sino que hace que los niños se adapten a un modelo uniforme que simplifica la formación y la evaluación. Esto favorece algunas habilidades sobre otras, por ejemplo matemáticas y lenguas sobre danza y pintura y no parece adecuado para el siglo XXI. Ahora mismo nadie sabe lo que va a pasar en el futuro, ni siquiera inmediato y sin embargo estamos formando y educando a los niños y niñas para ese futuro.

Desde el momento que los niños entran en la escuela, sus habilidades deberían potenciarse. Los profesores deberían ser mentores y ayudarles a cada uno a descubrir cuál es su Elemento y a poder desarrollarlo. Así es la escuela soñada por Ken Robinson. Una organización “viva” y no “mecánica”. Una escuela que se adapte al niño y a las condiciones del entorno en vez de que funcione como una máquina, automáticamente. No se trata de estandarizar la educación, se trata de subir el estándar de la educación.

El modelo educativo debe enfatizar la diversidad y la creatividad y no la conformidad. Para ello propone lo siguiente:

eliminar las jerarquías y poner todas las disciplinas al mismo nivel. No es más listo un matemático que un músico y nuestra sociedad necesita a ambos.
Eliminar las asignaturas y trabajar con competencias interconectadas y en comunicación entre sí, ¿Acaso no tienen que ser creativos los científicos?
Planes de estudios personalizados para que cada alumno pueda desarrollar su máximo potencial y no se le corten las alas. Cada niño es diferente.

La mayoría de los niños se consideran a si mismos creativos y la mayoría de los adultos no. ¿Qué ha sucedido por el camino al crecer? Ken Robinson cree que todos nacemos creativos pero que con el tiempo vamos dejando de serlo por miedo al fracaso, a la opinión de otros y en definitiva, nos conformamos. Pero nunca es tarde para alcanzar nuestro Elemento. Alcanzar el Elemento no es una cuestión de suerte, sino de una actitud positiva y constructiva.

Sir Ken Robinson es un educador, escritor y conferenciante británico, experto en creatividad e innovación. Ha escrito varios libros, entre ellos “El Elemento”, “Perdiendo la cabeza: aprendiendo a ser creativos”, “Escuelas creativas: La revolución que está transformando la educación” y “Tú, tu hijo y la escuela: El camino para darle la mejor educación”.

Aquí puedes ver varias charlas TED de S. Ken Robinson con subtítulos en castellano.

Charla TED Ken Robinson says schools kill creativity

Charla TED Ken Robinson bring on the revolution

 

Y aquí una entrevista de Eduard Punset a S. Ken Robinson (traducida al castellano, programa Redes num 89, Los secretos de la creatividad, TVE)

Si quieres leer algo más sobre Ken Robinson en nuestra web, puedes hacerlo aquí: Recordando a Ken Robinson.
 

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