Olentzero y Mari Domingi [diciembre]

En muchas partes  del mundo la Navidad es un periodo especial donde cerramos un año y nos reunimos en familia a celebrar las fiestas. Los niños además, esperan con ilusión recibir regalos, siempre que se hayan portado bien durante el año. Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás y los Reyes Magos son algunos de los personajes más famosos que reparten regalos por todo el mundo. Aquí en el País Vasco, en Navarra y en el País Vasco-francés (Iparralde) el encargado de repartir los regalos durante la madrugada de Nochebuena es el Olentzero junto con Mari Domingi, ayudados del burro Astotxo y de los duendes galtxagorris. Si los niños no se han portado del todo bien, pueden recibir carbón (dulce) además de regalos.

¿Quién es Olentzero?

Aunque algunas personas de fuera de Euskadi y Navarra que desconocen su nombre creen que Olentzero es el Papa Noel Vasco en euskera, hay que aclarar que este carbonero tiene su propia historia y origen.

Algunos de los villancicos tradicionales más populares del País Vasco están dedicados a Olentzero y sus letras nos cuentan quién es. Olentzero es carbonero de oficio. Va vestido con ropa tradicional vasca: abarcas, calcetines de lana, blusón, txapela etc. Es descrito como un tipo glotón y aficionado al vino y que fuma en pipa.

El día de Nochebuena, numerosos coros recorren las calles al atardecer cantando la historia del Olentzero y pidiendo dinero, acompañados por un muñeco que lo representa o con una persona disfrazada de carbonero. Al anochecer, se le da fuego al muñeco.

Olentzero y la mitología vasca

Olentzero es un personaje mitológico genuino vasco, con su propia personalidad y con muchos años de historia. Está asociado con los festejos del solsticio de invierno anteriores al cristianismo: el renacimiento de la naturaleza y del sol, frente a la oscuridad del invierno.

En sus orígenes, se le llamaba Olentzero al tronco con el que se alimentaba el fuego de la chimenea en Nochebuena. Al día siguiente, las cenizas de ese fuego se esparcían ante la puerta principal del domicilio, con el fin de proteger durante todo el nuevo año a la propia casa y a sus habitantes.

Más tarde, los jóvenes para celebrar el solsticio crearon unos muñecos de paja, que vestían con ropas viejas de hombre o mujer y lo sacaban a pasear por el pueblo, pidiendo dinero para una merienda. Después lo quemaban al anochecer, dejando atrás lo viejo.

La llegada del cristianismo a Navarra cambió su rol. Bajo la nueva fe, el personaje  se convirtió en anunciador de la llegada de Jesucristo. Según la mitología vasca, los gentiles (gigantes mitológicos) bajaron de las montañas avisando de la llegada de Kixmi (nombre que los gentiles daban a Cristo, que significa «mono»).

Uniendo ese elemento mitológico con la tradición del tronco y el fuego, nació la figura del  personaje. El tronco llamado Olentzero se personificó como un carbonero que cuando está trabajando en el monte tiene noticia del nacimiento de Cristo y baja a los diferentes pueblos para dar la Buena Nueva.

¿Dónde surge la leyenda de Olentzero?

Muchos estudiosos se han encontrado con la leyenda de Olentzero en distintos lugares del País vasco y Navarra. Entre ellos se encuentran Antxon Aguirre Sorondo, reputado antropólogo guipuzcoano, el euskaltzale Bittor Kapanaga, Manu Etxebarria, doctor en Filología Vasca y, por supuesto el antropólogo, etnólogo y arqueólogo Joxemiel Barandiaran.

El investigador, Iñaki García Uribe, nos cuenta que sabemos que la tradición de sacar el muñeco nace en una vereda entre Bera y Lesaka, y, desde ahí, se exporta a toda Euskal Herria. Considera que la fuente documental más relevante sobre este personaje es el libro «La tradición de Olentzero en la Navidad en Lesaka y en Euskal Herria» publicado en 2006 que recoge las conclusiones extraídas en un simposio de dos días.

Joxemiel Barandiaran, en su tesis de comienzos del siglo XX, explica que la zona geográfica de origen del mito de Olentzero es Elduaien, Oiartzun, Lesaka, Pasaia, Andoain… En su opinión, «las prácticas relativas a Olentzaro (época, personaje, tronco de nochebuena y fogata) reproducen las formas, un tanto cristianizadas, de varios ritos y ceremonias simbólicas o mágicas muy usuales en las religiones indoeuropeas.»

Antxon Agirre por su parte detecta tres elementos importantes en la caracterización de ritual: la postulación por las calles para después ingerir los alimentos recogidos; el fuego (del tronco o la leña) que se consume; y la ceremonia de protección.

El origen del nombre de Olentzero

Hay muchas variantes de denominación: Olentzaro, Orantzaro, Oruntzago, Onentzaro, Orontzaro… Todo depende del pueblo o la zona de Euskal Herria donde se le cita y su forma de hablar. Así que es comprensible que, en este aspecto, no haya una versión unánime entre lingüistas y estudiosos.

La primera cita de esa denominación aparece hace 400 años, en el siglo XVI. Fue de Lope Martínez de Isasti, un presbítero, estudioso y escritor de Lezo, y etimológicamente procedería de onen-zaro, es decir, época de lo bueno. Esta hipótesis la defendió también, ya en el siglo XX, el sacerdote, músico y escritor Resurrección María de Azkue en el libro Euskalerriaren Yakintza. El antropólogo, historiador y lingüista Julio Caro Baroja lo asocia con el término francés oleries, que se refiere a un conjunto de canciones navideñas que empiezan por la letra O. Joxemiel Barandiaran, sin embargo, dice que viene de aro (época)y es quien adopta como correcto el término Olentzaro. Y Bittor Kapanaga, por su parte, defiende que el término etimológico más probable es oles-aro, que significa época de llamada a fiestas de trovar.

La evolución de Olentzero durante el tiempo

Mucho ha cambiado desde el origen de “tiempo de lo viejo y lo bueno”, al bonachón de los regalos que conocemos hoy en día.

Olentzero pasó de ser un tronco que se quemaba en la chimenea, a un muñeco de paja y ropa vieja que los jóvenes llevaban en volandas, para terminar siendo en un Jentil que se convierte al cristianismo y anuncia la llegada de Jesús.

Después tuvo una época en la que era un carbonero que asustaba a los niños cada vez que bajaba del monte para vender carbón. Era sucio, borracho y desagradable.

Por fin, la figura de Olentzero afable y que identifica la Navidad surgió en los años 70, a través de las ikastolas. A semejanza de Papa Noel o San Nicolás, Olentzero pasó a repartir regalos, vistiendo de manera elegante y siendo cariñoso con los peques.

Eso, si, desde hace algún tiempo también cuenta con la ayuda de Mari Domingi para realizar su tarea de repartir regalos.

Mari Domingi, la compañera de Olentzero

En su origen los jóvenes disfrazaban indistintamente al muñeco de paja con ropas viejas, tanto de mujer como de hombre, pero con la personificación de Olentzero, se le dio vida como hombre.

Para reivindicar la igualdad de género y su origen arbitrario, en el año 1994 se creó Mari Domingi en San Sebastián, cuyo nombre ya aparecía en una canción popular de Usandizaga (horra Mari Domingi). Mari Domingi es la acompañante de Olentzero y son dos personajes de igual rango que se ayudan mutuamente.

Se le describe como una pastora y agricultora conocedora de la tierra y sus secretos. Es sabedora del recorrido del sol y las fases de la luna, así como del uso de las diferentes plantas medicinales.

Al igual que Olentzero, viste con ropa tradicional vasca: abarcas y medias, blusa, falda y delantal… pero destaca sobre todo el pañuelo en la cabeza con una forma muy singular. Y es que, como cuenta Oihane Pardo, fundadora de Amarenak, desde el siglo XII y hasta el siglo XVII, las mujeres vascas más pudientes llevaban sobre sus cabezas unas piezas de hilo, lino o algodón llamadas Burukoak, a las que las tocaderas cosían y daban forma todas las mañanas. La forma indicaba datos importantes sobre la mujer que lo llevaba, como su lugar de origen o su estado civil, por lo que el resultado fue una gran variedad de tocados completamente asombrosos.

Ilustraciones de los tocados que Christoph Weiditz hizo durante sus viajes a España entre 1530 y 1540.

 

La casa de Olentzero

Olentzero solo se deja ver el día de Nochebuena, pero, ¿dónde vive Olentzero el resto del año?

En Mungia, un pueblo de Bizkaia a unos 15 minutos de Bilbao, puedes disfrutar de un mágico día en Izenaduba Basoa. Dentro del Parque Uriguen, puedes visitar el Caserío de Olentzero (Olentzeroren etxea). Se trata de uno de los caseríos o baserris más antiguos de Euskadi, Landetxo Goikoa. Y es el primer centro de interpretación de la mitología vasca. Además de conocer a algunos personajes de la mitología vasca, podrás acercarte al modo de vida tradicional de los caseríos; descubrir las costumbres, creencias o el trabajo en el campo.

Fuentes: Olentzero.pro, hiru.eus, noticias de gipuzkoa, el español.com

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