Los puentes de San Sebastián [adivina]

urumea, antiguo puente de martutene

Seguro que conoces algunos, porque son muy famosos y bonitos, pero seguro también que te sorprendes si te digo que en San Sebastián hay hasta 14 puentes sobre el Urumea. Muchos de ellos tienen un nombre oficial y luego son conocidos por uno o varios nombres populares más. Algunos son centenarios, otros se acaban de renovar o sustituyen a puentes anteriores en la misma ubicación. Pero…¿tantos puentes?

Algunos son muy nuevos y otros son solo para el paso del tren, por eso no los conoces todos. Además, hay 3 que son pasarelas peatonales y hasta una de ellas es de uso restringido o privado, ¿te suena?. Pero si, en total son 14 y hay muchas pequeñas historias que contar sobre ellos. Juguemos a ver si los reconoces y aprendes un poco más sobre ellos. ¿Te apuntas?

 

El río Urumea

El río Urumea en el barrio de Martutene visto desde el puente Lugañene.

El rio que pasa por San Sebastián es el Urumea. Es un rio pequeño, que nace en Navarra y desemboca en el mar Cantábrico en nuestra ciudad. Su nombre es en euskera y significa agua clara o agua pequeña (ur-umea).

Detalle comparativo del trazado del Urumea en la zona de Amara en 1850 y en 2015, una vez canalizado.

 

El rio se ha ido canalizando con los años para ganar espacio para la ciudad como en Amara y para evitar desbordamientos. Para evitar inundaciones también se han ido modificando y modernizando algunos puentes como en Martutene.

 

Los puentes de Donostia


Iniciamos un paseo por los puentes rio arriba, es decir, desde la desembocadura del Urumea en el mar Cantábrico y subiendo hasta que llegamos a Astigarraga. Los numeramos para que quede más clara su ubicación.

 

1. El puente más icónico  – Puente del Kursaal 

Es el tercer puente por antigüedad que se levantó en San Sebastián. Fue construido en hormigón en 1921 por Miguel Imaz, lo que supuso toda una novedad en la época. Está recubierto por piedra de Mutriku y mármol rosa. Es de estilo futurista, modernista, expresionista y con detalles de estilo Art Decó. Seguro que lo reconoces, pero ¿cómo se llama de verdad, puente de la Zurriola o puente del Kursaal?

El primero en la desembocadura del Urumea, une el Centro y la Parte Vieja con el barrio de Gros desde la zona del Kursaal. Destacan sus farolas diseñadas por Víctor Arana que iluminan este monumental paso, de donde viene su denominación popular del “6 de bastos”. Su diseño es del entonces famoso ingeniero de caminos José Eugenio Ribera. La obra incluía inicialmente unos arcos, pero finalmente se optó por tramos rectos.

Al ser el puente más exterior, es el que más sufre el oleaje del mar y en días de temporal es todo un espectáculo ver cómo rompen en él las olas y como lo sobrepasan.

En 1993, se realizaron unas obras de mantenimiento que obligaron al desmantelamiento de su tablero, refuerzo, y posterior reconstrucción siguiendo el diseño externo original pero aligerando el peso en un 50% con un hormigón más moderno y ligero.

Es quizás, Arenas de Pablo quien mejor relata su impronta: El otro puente de Ribera, el del Kursaal, erigido en 1.918 en la misma desembocadura del río Urumea, constituye para mí un ejemplo de extraordinario valor, debido a su perfecta inserción en la trama urbana así como en el paisaje terrestre y marítimo de la propia ciudad. El puente ofrece unas proporciones geométricas que, más que estructuras en el aire, llega a parecer calle o avenida sobre el río. Y avenida serena y reposada que, gracias a un tablero recto de canto generoso y apoyado en tres robustas pilas, no se limita a cruzar sino que se instala quietamente sobre el Urumea. Ese tablero ofrece un alzado que tiene algo de clásico entablamento, enmarcado, vano a vano, por los rotundos tambores semicirculares con que las pilas sobresalen de su plano. La horizontalidad del conjunto es decidida y manifiesta. Quizás, llegara a pesar ópticamente de no ser por las oportunas farolas verticales de piedra y fundición, magníficas, que ocupan las balconadas semicirculares de cada pila y que se rematan en grandes globos lumínicos.
Sin duda, Arenas conocía bien esta obra, que vería repetidas veces mientras trabajaba en la reforma del puente de María Cristina, la otra obra de Ribera sobre el río Urumea ubicada aguas arriba, tras el puente de Santa Catalina.

 

2. El puente más antiguo – Puente de Santa Catalina

Este es el puente con más historia de San Sebastián. Es muy antiguo, porque aún siendo la ciudad pequeña era una vía de comunicación importante para ella. Quedaba fuera de las murallas y  formaba parte de la carretera general Madrid-Irun. Era conocido como «Zubi zarra» (puente viejo) y ya en 1377 aparece citado en un documento que advierte que si se pescan salmones en la zona, se deben dar alguno como diezmo a los maniobreros del puente. ¿Cómo se llama el puente de Gros de verdad? ¿sabes por qué?

Su nombre lo toma una iglesia de origen templario que existía en sus inmediaciones.

Hay escritos del siglo XVI que recogen la obligación de los pescadores a dar parte de sus capturas. Este hecho llevó al derecho a cobrar peaje por cruzar el puente. La medida afectó a los vecinos de pueblos cercanos, que debido a esa tasa se veían obligados a encarecer el coste de sus productos cuando venían a venderlos a Donostia.

Donostia 1773 – ültimo tramo y desembocadura del Urumea (sin canalizar)

Un cronista del siglo XVII lo describe como «un puente grande de madera de gentil artificio». Se debía a que se abría por su centro, con el fin de que navíos, bajeles y pinazas entraran o salieran rio arriba a mar adentro con los productos de los incipientes talleres y negocios cercanos.

Dada su larga historia y su situación estratégica en la ciudad no es de extrañar que haya sido destruido y reconstruido varias veces. Así ocurrió por ejemplo durante el asedio de la ciudad y también con el  el puente provisional construído por los ingleses tras el incendio de 1813.

En 1863 se derriban las murallas y por eso, entre 1862 y 1873, el arquitecto Antonio de Cortázar lleva a cabo el diseño del ensanche de la ciudad, que dará lugar a lo que hoy llamamos el Centro. Ese mismo año de 1873, el puente, que había sido de madera hasta entonces, se sustituye por uno de piedra de diseño neoclásico también del propio Cortázar.

Originalmente tenía cinco ojos (¡fíjate en la foto antigua!), de 127 metros de longitud y 12 metros de anchura. Sin embargo, uno de sus ojos quedó enterrado en 1905 al replantearse la canalización del Urumea para poder habilitar el Paseo de Francia.

Su arquitectura es muy sencilla, con apenas ornamentación. Está realizado con bóvedas de hormigón y sillería y destaca por el variado colorido que presenta por el uso de diferentes materiales. Llaman, asimismo, la atención sus farolas de hierro fundido, sobre todo las primeras de cada lado, ya que cuentan en su base con diferentes escudos, uno de ello es el de Donostia. Son de 1926 y las diseñó Juan Alday.

Es el acceso principal al barrio de Gros, uniendo la Avenida de la Libertad con la calle de Miracruz y está junto al teatro Victoria Eugenia y el hotel María Cristina.

 

 

3. El puente más ornamental – Puente de María Cristina 

 

Inspirado en el puente Alejandro III de París, es el más llamativo y tiene 18 m de altura en los 4 obeliscos que lo flanquean. Su origen se sitúa en 1893, cuando se construyó una pasarela provisional de madera para el acceso directo desde el Centro a la Estación del Norte, la plaza de toros de Atotxa o el velódromo. El puente definitivo fue inaugurado el 20 de enero de 1905, festividad de San Sebastián. ¿A quién está dedicado este puente?

Fue nombrado en honor a la madre del rey Alfonso XIII, que siempre mostró su cariño y admiración por San Sebastián. En un principio se planteó llamarlo de «Guipúzcoa», en honor a todas las personas que desde la provincia llegarían a Donostia por ferrocarril.

Se considera que es el más bonito y elegante de los puentes sobre el Urumea en el municipio. Es el más visitado y fotografiado, con el complemento de la puerta de Atotxa (Puerta de Brandemburgo) que cierra el conjunto por el este. Es la vía para unir el Centro con la estación del Norte (RENFE) y el barrio de Egia. Data del año 1904, siendo el diseño de Antonio Palacios. Fue proyectado por el ingeniero José Eugenio Ribera y el arquitecto Julio Mª Zapata.

De construcción ecléctica destacan los 4 obeliscos monumentales, que con 18 metros de altura está coronado con figuras ecuestres sobre los obeliscos. Realizados por el escultor Ángel García Díaz es, sin duda, el más elegante de los puentes del Urumea a lo que se añaden los 3 escudos policromados para formar un conjunto de cita obligada.

Los autores del proyecto fueron José Eugenio Ribera y Julio María Zapata. El ingeniero Marcelo Sarasola y el arquitecto José de Goicoa ejecutaron la obra. Destacó técnicamente por el uso en su construcción de hormigón armado. Inspirado en el puente de Alejandro III sobre el río Sena en París, tiene 18 metros de altura. Además destaca por sus tres arcos de 24 metros de luz cada uno.

Mide 20 metros de ancho y 88 metros de largo. Son llamativos los cuatro obeliscos monumentales, ubicados en sus extremos, de 18 metros de altura y coronados por grupos escultóricos. Tres escudos polícromos rematan la decoración de cada uno de ellos y, junto con las cerámicas, también polícromas, de los arcos dan al conjunto una vistosidad que no pasa desapercibida para los viandantes. Los templetes fueron diseñados por Goicoa y los grupos escultóricos por Ángel García Díez. Tienen un marcado estilo parisino influenciado por la Belle Epoque francesa. En el proyecto original en su lugar se erigían sendos arcos de triunfo. Las farolas, coronadas por dragones, fueron diseñadas por Mariano Benlliure. Hay que mencionar, además, que las barandillas y la cerámica de sus arcos están decorados con criaturas mitológicas.

En 1984-85 se llevó a cabo una completa labor de reconstrucción. Para ello se realizaron 1500 piezas prefabricadas, para las que se emplearon hasta 175 moldes diferentes, procediéndose a derruir el puente de forma longitudinal, como a rebanadas. La base del nuevo puente fueron quince arcos, llamados arcos tímpanos, que se colocaron cinco en cada ojo. Estos arcos son el soporte del puente actual. El trabajo de ornamentación lo llevó a cabo el escultor francés Mr. Jean Chenaf, que a través de fotografías y dibujos elaboró los moldes necesarios para que pudiera mantenerse el ‘espíritu de Ribera’. Consistían éstos en doce dragones o grifos de cerámica, cuatro barcos, cuatro sirenas con alas, más de ochenta cabezas de Neptuno, doce remos y cuatro conchas, conservándose en los obeliscos los escudos de San Sebastián y España e incluyendo el de Euskadi.

 

 

4. El puente más esbelto – Puente de Mundaiz

Inaugurado en el año 2000, se le conoce como el cuarto puente y es el primero que cruza el rio sin apoyos en el cauce. Une el inicio del ensanche de Amara (Parque de Araba) con el parque de Cristina enea y los centros de estudios del Sagrado Corazón-Mundaiz y la ESTE – Universidad de Deusto (Jesuitas). ¿Sabes qué puente es?

Fue diseñado por el arquitecto José Antonio Fernández Ordóñez y Julio Martínez Calzón. Su construcción se inició en 1999 bajo la codirección de obra del ingeniero de caminos municipal Joaquín Oroz. La financiación corrió a partes iguales por parte del Gobierno Vasco y del Ayuntamiento de San Sebastián.

Al poco tiempo de su construcción empezaron a aparecer los desconchados en su estructura, que fueron cada vez más evidentes a partir de 2010. Un informe técnico externo determinó que se aplicó la pintura en «condiciones ambientales inadecuadas». La última rehabilitación importante fue realizada hace dos años.

Con una luz de 80 metros, el tipo de estructura consiste en una solución mixta. Se trata de dos vigas metálicas de cajón de sección trapezoidal abierta, conectadas a una losa de hormigón armado, formando una sección mixta que consigue una sorprendente esbeltez. Las dos vigas laterales, a su vez van enlazadas entre sí mediante riostras trasversales cada 4,00 metros, favoreciendo la resistencia del conjunto. Éste arriostramiento solo se puede apreciar en el reflejo del agua del río los días poco nubosos.

 

5. El quinto puente – Puente del Lehendakari Agirre 

Moderno puente pintado en blanco de arcos simétricos de 80 m de longitud, suspendido por péndolas de acero. Destaca su construcción innovadora y de inspiración modernista. Se asienta sobre los márgenes del Urumea, eliminando cualquier tipo de pilar sobre el río. ¿Sabes su verdadero nombre?

Conocido popularmente como ‘el quinto puente’ de San Sebastián, el Puente Lehendakari Agirre fue inaugurado en la Nochebuena de 2010. Su diseño corrió a cargo de la firma LKS. El Lehendakari Aguirre fue el primer presidente del Gobierno Provisional del País Vasco, durante la guerra civil y la posguerra.

Son llamativos sus dos arcos paralelos de acero al carbono pintados de blanco, que llegan a elevarse algo más de 3 metros. Uno de ellos, el más cercano a la desembocadura, no está situado en el extremo del puente, sino que está desplazado hacia el centro, lo que posibilita un mirador.

En una de las aceras, además se pueden admirar 45.000 baldosas de forma hexagonal y diez centímetros de largo cada una, que evocan las aceras de Donosti a la vez que la imagen de una marisma fluvial a través del juego de tonos verdosos azulados, blancos y grises.

El puente conecta la nueva zona residencial de Aldunaene, con el campus de la Universidad de Deusto. Asimismo, abre una nueva vía de salida desde el barrio de Amara hacia la A-8 sentido Irún.

 

6. El puente más versátil  – Puente de la Real Sociedad

Es el puente de la curva del río y sustituye al antiguo «puente de hierro» de 1932, el puente «doble» que permitía tanto el paso de trenes como de coches y peatones. ¿A qué institución muy popular está dedicado?

Diseñado por el ingeniero Juan José Arenas, se inauguró en 2010 y oficialmente su nombre es «Puente de la Real Sociedad de San Sebastián» y reemplaza al carismático Puente de Hierro.

El Puente de Hierro siempre será recordado en la ciudad, especialmente por los amaratarras. Su origen se sitúa en 1864 como puente ferroviario para llegar a la estación del Norte. Con los años se vio que no podía soportar el peso de los convoyes de trenes cada vez más modernos, por lo que la compañía del ferrocarril construyó un nuevo puente en 1932 y el viejo fue adquirido por el Ayuntamiento de San Sebastián para dedicarlo al tráfico peatonal y rodado.

Su estructura se caracterizaba por poseer tres jácenas metálicas de alma llena, roblonadas y sustentadas por dos machones sobre el cauce. Fue desmontado en 2008. Sus 300 toneladas de metal se trocearon en 18 piezas. Parte de sus elementos se utilizaron para construir una rampa que da acceso desde Riberas de Loyola a unos cercanos pantalanes de embarcaciones de remo.

 


Las Pasarelas: los puentes peatonales

Dentro de nuestra ciudad, el río se puede cruzar por 3 pasarelas, es decir, puentes peatonales y/o para bicis.

7. La Pasarela Mikel Laboa es la que une los barrios de Loiola y Riberas con Egia por el parque de Cristina Enea, justo en la curva del río y desde 2009.

pasarela riberas-cristina enea

 

14. La pasarela de Martutene es el último (o el primero, según se mire) puente de la ciudad, continuando el Urumea su cauce por Astigarraga, a través del barrio de Ergobia. También llamada pasarela El Pilar, se construyó en en 2015.

 

10. Conocida popularmente como el puente de los cuarteles, la tercera pasarela es de uso privado y restringido, pues pertenece al ejército y está dentro de sus terrenos. Une el barrio de Loyola con los dos acuartelamientos. Los militares la llaman Alfonso XIII, pues fue este rey quien la inauguró en 1926. El ayuntamiento en cambio la llama Urdintzu, por un caserío cercano.

 


8. Puente de Astiñene

 

Popularmente este puente es el de Egia, Loyola o Sarasola, pero desde 2013 tiene este nombre oficial, tomado del caserio-merendero, ya muy deteriorado, que se encuentra junto a él en la ribera derecha.

El puente enlaza el barrio de Loyola con el de Eguia. Junto a él se encuentra junto al embarcadero de Ur Kirolak.

Ya en el siglo XIX había aquí un paso de madera y en 1863 se inauguró el puente actual. En estado de riesgo y muy estrecho, en breve será sustituido por otro ya proyectado. Se estima que las obras durarán hasta 2022.

 

11. Puente de Espartxo o de Txomin enea

 

En este puente se recuerda la existencia de un pequeño puerto fluvial, que se conocía como de Espartxo, nombre de un caserío aquí ubicado. En 1912 se inauguró un sanatorio, Nuestra Sra de las Mercedes, en la margen derecha (actualmente la sede de Traperos de Emaus) y se construyó el puente para llegar a él desde la ribera izquierda. También sirve de vía para subir hasta el Parque de Ametzagaña.

Puente de Espartxo

El puente de dos pilares que vemos en esta foto fue sustituido recientemente, en 2020, por el actual, más moderno y más adecuado a la nueva urbanización y extensión del barrio de Txomin enea.

 

 

 

13. Puente de Martutene

En 2016 se construyó el actual de un solo ojo que facilita el correcto fluir del rio. Con el mismo de amplió el cauce y se realizaron mejorar urbanísticas para pasear por sus márgenes.

Ya en el año 1846 se conocía un puente en este lugar para poder entrar en el barrio de Martutene. Un incidente propició la construcción de uno nuevo de piedra y pilares, pero que producía continuas inundaciones en las crecidas del Urumea.

urumea

 


Puentes funcionales para el tráfico: Puente Mantolaene y Puente Lugañene

Hablamos por último de dos puentes totalmente funcionales que facilitan uno el paso del tren de euskotren desde Donostia hasta Hendaia (desde 1912) y el otro situado a la entrada del poligono 27 (en Martutene) es un enlace de carreteras desde 1993.

9. El puente Mantolaene es el puente ferroviario pero es conocido popularmente como el puente del Topo.

 

12. El puente Lugañene es el puente del polígono 27 es conocido por los nombres de los caseríos cercanos, esto es, Torrua Zahar (Torruazar) y Lugañene, su nombre oficial. Junto a él está el embarcadero de Arraun lagunak.

 

Temporales sobre los puentes

El último temporal muy fuerte con mareas vivas tuvo lugar en febrero de 2014.

 

olas rompiendo en el Kursaal de Donostia
Olas rompiendo en el Kursaal de Donostia. Foto: Jose Ignacio Andonegui

 

Las olas de casi 10 metros dañaron toda la costa de San Sebastián; tanto el puerto como el paseo Nuevo, las playas y la Parte Vieja sufrieron su fuerza, llegando a arrancar por ejemplo trozos de la Barandilla de la Concha. Pero además, el temporal será recordado por su efecto en los puentes de la ciudad. Cuando llegó la pleamar, con la subida de la marea el mar entró por el río con toda su furia, causando desperfectos puente a puente según avanzaba. Comenzó estrellando las olas contra el Kursaal y rompiendo su barandilla, pero no se frenó apenas y siguió avanzando y chocando puente a puente, llegando nada menos que hasta el quinto puente, donde ya por fin causó los últimos daños y perdió su empuje devastador.

 

 

La historia del Urumea y los puentes de San Sebastián en fotos

 

Fuentes:  DV, SSturismo, Donosti city, dv kursaal, foto altza-info, loboquirce, kutxateka.

 

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