¿Tienes facilidad para los idiomas?

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Algunas personas aprenden idiomas sin despeinarse, como el que levanta una pluma. Otras no pueden escuchar la palabra “conjugar” sin acordarse con vergüenza de su paso por el colegio, donde fueron incapaces de aprender una segunda lengua. ¿Qué es exactamente lo que le permite al primer grupo aprender alemán como si no fuese un idioma salido del infierno, mientras que el resto de nosotros apenas hablamos bien nuestra lengua materna? Hemos hablado con varios expertos en idiomas para averiguarlo. Más allá del estudio, el aprendizaje de idiomas también tiene mucho de poder innato. Hay personas que tienen mayor facilidad para aprender idiomas extranjeros que otras.


Según Arturo Hernández, profesor de eurociencia y director del Laboratorio para las Bases Neurales del Bilingüismo en la Universidad de Houston, la clave está en gran parte en lo ambiental: «Si estás expuesto a un segundo idioma cuando eres más joven, hay pruebas de que serás mejor no solo en ese idioma sino también a la hora de aprender un tercero o un cuarto».

Según Hernández, «las investigaciones demuestran que el oído musical es muy importante. Cuando la gente me pregunta ‘¿por qué me cuesta tanto aprender otro idioma?’, Le digo: ‘¿puedes cantarme la canción de cumpleaños feliz?’ Las personas que tienen problemas para aprender otro idioma siempre dicen que no pueden cantar de forma armónica».

«Michael Erard tiene un libro llamado Babel No More sobre lo que él llama estudiantes de súper idiomas, o hiperpolíglotas. Señala que estas personas tienen buen oído y la capacidad para pensar en gramática de forma abstracta. En cambio, las personas que no tienen un buen oído musical tienden a tener acentos más fuertes, pero pueden depender mucho de la gramática, porque necesitan reglas que los guíen. Los buenos estudiantes de idiomas pueden hacer ambas cosas: pueden pensar en las reglas de forma abstracta y, al mismo tiempo, pueden sentir el idioma y escuchar lo que está bien y mal de forma intuitiva», añade Hernández.

Por su parte, Alissa Ferry, profesora de comunicación humana, desarrollo y audición en Universidad de Manchester, cree que «la respuesta más obvia para mí es que la edad es un factor importante para aprender un idioma extra». «Cuanto más joven seas cuando comiences a aprender un nuevo idioma, mejor se te dará ese idioma y más nativo parecerás. Una razón para esto es que en realidad hay una gran variedad de sonidos en el lenguaje que los humanos pueden producir, pero cualquier idioma usa solo un pequeño subconjunto de estos para formar sus palabras (el inglés, por ejemplo, tiene unos 40 sonidos diferentes).», añade.

«También vemos diferencias en la edad durante el aprendizaje de cosas como las reglas gramaticales, es decir, sobre cómo se organizan y usan las palabras en un idioma. Cuanto antes se aprende un idioma, menos probable es que un hablante cometa errores gramaticales», dice esta experta.

«Lo que demuestra ésto es que los jóvenes tienen una gran ventaja que los hace mejores para aprender varios idiomas. El hecho de aprender varios idiomas mientras somos jóvenes también parece influir en cómo de bien aprenderemos otros idiomas. Existen pruebas de que las personas que ya son bilingües son más rápidas y más eficientes a la hora de aprender otro idioma que los monolingües.», concluye.

Joshua Hartshorne, profesor de Psicología en el Boston College, y director del Language Learning Laboratory, dice que «hay dos factores cruciales que afectan la cantidad de idiomas que puedes aprender: el entorno y la edad. Las personas que están inmersas en un idioma lo aprenden mucho mejor. Hay buenos y malos profesores, pero no hay nada como tener que usar el idioma todos los días. El efecto de esa práctica diaria en la vida real es enorme».

«Con respecto a la edad: los niños son estupendos para aprender idiomas, sobre todo si existe una inmersión lingüística. Los niños que crecen en comunidades políglotas (donde se hablan varios idiomas con frecuencia y donde es necesario conocerlos todos), aprenden todos los idiomas extremadamente bien y sin ningún tipo de instrucción explícita», concluye.

Otro punto de vista lo ofrece Emily Sabo, estudiante de doctorado en lingüística en la Universidad de Michigan, cuya investigación se centra en el contacto y la variación lingüística entre las poblaciones de habla hispana. Sabo cree que «hay varios factores que determinan cómo de bien aprenderá alguien un idioma extra. Lo primero y más importante es la motivación. Hay dos tipos de hablantes bilingües: los circunstanciales y los que lo hacen por elección. Los del segundo tipo serían los que aprenden otro idioma en la escuela secundaria o en la universidad para poder optar a más trabajos o aumentar su caché. Un hablante bilingüe circunstancial es alguien que, por ejemplo, emigra a un nuevo país y no habla el idioma, por lo que aprender ese idioma se convierte en un asunto imprescindible. Los alumnos circunstanciales tienden a aprender el idioma más rápido, porque no les queda otra que hacerlo».

«El segundo factor es la edad. Cuanto antes aprendas un segundo idioma, mejor lo harás. Sabemos que los niños son mejores aprendiendo nuevos idiomas. También es probable que los niños bilingües aprendan un idioma extra más rápido, porque han estado más expuestos a las diferentes formas en que los diferentes idiomas codifican su gramática y vocabulario», asegura Sabo.

Fuente: 20 minutos, Gizmodo

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