Tortas de San Blas [febrero]
Hoy hablamos de San Blas y de por qué asociamos las opilas, tortas y rosquillas bañadas en anís con su celebración el 3 de febrero.
Cuenta la leyenda que Blas era un obispo y médico que solía lograr curaciones milagrosas. Tanto es así, que en una ocasión logró salvar la vida de un pequeño al que se le había quedado enganchada en la garganta una espina de pescado. De ahí, que San Blas sea conocido como el Santo que se encarga de protegernos de los males de garganta.
Hace muchos años, en Eibar comenzaron a realizar una sencilla elaboración a base de huevo, azúcar, manteca, levadura, y harina con la que solían elaborar una torta. A esta masa le añadían bien semillas de anís o bien esencia de este mismo ingrediente, que suele ser utilizado en medicina como un buen remedio para el catarro. Poco a poco se fue extendiendo al resto de Gipuzkoa hasta llegar a encontrar este delicioso dulce en cualquiera de nuestras panaderías o pastelerías.
La tradición manda que antes de consumirla, el mismo 3 de febrero, se debe acudir a la Parroquia para bendecirla de forma que al comerla se nos curen todos los males de garganta o el Santo nos proteja de sufrirlos. Tan importante era esta tradición que incluso los colegios, durante muchos años, daban fiesta a sus alumnos para que pudieran ir a bendecirla.
Foto: diario vasco.